sábado, 7 de enero de 2012

Otra confesión: Demasiado tarde para amar.



Caminando en la calurosa Buenos Aires, un suave viento agito los árboles,
me envolvió en una brisa que me trajo recuerdos desde miles de kilómetros,
de aquel viaje muy deseado, muy feliz, pero inmediatamente el sabor amargo en mi boca
reconociendo lo dificil de volver a vivirlo.
Momentos despues entre bocado de pizza, imagenes de un televisor emitiendo con el solo de fin de burlar a mi soledad, un vaso de coca cola, y la revelación: Demasiado tarde para amar.
Raras sensaciones, un cóctel donde hay medidas de dolor, realidad, frustración y deseperanza, no es mas que un rotundo baño de realidad, donde las utopias se desmoronan y las ilusiones son inalcanzables.
No se cuando, pero mi corazón se convirtió en un contenedor vacio, abandonado y clausurado eternamente.

Horacio Cabral

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