jueves, 21 de julio de 2011

Jaque mate



Se encontro inmerso en una estrategia como una pieza dentro de un ajedrez tan inmenso como el amor que sentía. Inconciente se negaba a reconocer que alguien determinaba los movimientos. Empezaron a aflorar sensaciones que lo incomodaban, al ritmo de preguntas
¿Podria haber amor, cuando un misero tablero los acota?
¿Podria haber amor, donde la estretegia de uno es quien se impone?
¿Siente amor quien manipula a ejercitos de peones que se inmolan sin màs?
¿Hay amor entre el rey y la dama?...
No queria que su amor fuese una partida de ajedrez.
Cuando comprendio el juego era tarde, ya lo habian derrotado,
le gritaron jaque mate.

Horus

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domingo, 10 de julio de 2011

LA CALLE DEL SOL


La gran ciudad ya no le era hostil, su vida cambió radicalmente desde su llegada en el 2002 empujado por la crisis de su Santiago natal. Ya no dormía en el sótano del restaurante donde lavaba copas, ahora alquilaba una habitación y trabajaba en un corretaje de artículos de embalaje.
José no había terminado sus estudios, pero sentía atracción por los libros, a tal punto que cada mediodía disfrutaba de su sándwich sentado en un banco frente a la vidriera de la librería de la Calle del Sol. En esos minutos de descanso hundía sus ojos a través del vidrio y al azar elegía la tapa de un libro y dejaba que su mente le susurrara una historia acorde al título.
Su habitual presencia no había pasado desapercibida para Mariana. Un día, la joven dueña de la librería, se acercó cordialmente y le preguntó:
-¿Quieres entrar? Todos los días te veo sentado allí mirando los libros.
-No puedo comprar, la poca plata que gano se la doy a mi viejita, ella está lejos.
-¿Te gustan los libros?- insistió Mariana.
-Si, me gustan mucho, bueno me voy, tengo que trabajar, chau.
Se marchó presuroso, huyendo avergonzado por haber sido descubierto, a tal punto que por varios días no se acercó por la Calle del Sol.
Mariana percató su ausencia, y se lo hizo notar cuando se reencontraron.
-Hola, pensé que te habías mudado y que ya no vendrías por aquí.
-Estuve enfermo- mintió José
-Ven, te invito a que me acompañes, mientras almuerzo mi ensalada podes mirar todos los libros adentro.
-¿Te parece?
-¡Si che! No tengas vergüenza – apuró Mariana.
Como quien descubre un nuevo mundo, José, estaba fascinado ante tantos libros. Sin darse cuenta los minutos pasaron como un suspiro y tenía que retomar su trabajo.
-Este libro es para vos, llévalo, quiero que lo leas y después me cuentas la historia- dijo Mariana mientras depositaba en manos de José el ejemplar.
Los ojos de José se llenaron de un brillo especial, era la primera vez que le regalaban un libro.
Esa noche, acompañado del habitual mate, recorrió con pasión cada página, y a medida que avanzaba descubrió que la historia que allí narraban no era ni más ni menos que su propia historia.
Curiosidad, temor, se apoderaron de José, no estaba seguro de querer leer su futuro en ese libro, pero no se amilanó, llegando al final encuentra su presente reflejado en el papel. En ese instante una ráfaga fría, agita las ventanas y estremecen a José, se levanta las cierra, un escalofrío recorre su cuerpo, se vuelve a sentar, el viento había volteado la página, estaba en blanco.
Mariana nunca supo que se narraba en ese libro, nadie le contó la historia, tampoco quiso conocerla.

HORUS
2008
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sábado, 9 de julio de 2011

MICROCUENTOS

Ella soñaba brillar como el sol, él se conformaba con ser gotas de lluvia,
asi serian un hermoso arco iris.

Columpiandonos entre ocasos y amaneceres, entregados a nuestros deseos,
emprendiamos extasiados vuelos al paraiso.

Releo mis escritos. Desarmo frases y versos, dejo libre las palabras,
para que en su vuelo me transmitan un nuevo sentido.

Merodeando por tanta virtualidad, solo encontro espejos, donde se
reflejaban mas soledades

Horus
07-2011