Ella miraba a traves de la vidriera, cuando entro cruzaron sus miradas,
él encontro en esos ojos mas de lo que podria pretender un dia de trabajo
con clima agobiante.
El tiempo se detuvo, ya ni pensaba en venderle, e imagino que seria una condesa,
una marquesa, alguien con alcurnia, tan joven y radiante, frente a él que se
reconoce como un perdedor.
Sonrisas autenticas, charla enriquecedora, y el producto dejo de ser el motivo, para
ser excusa.
En la despedida, se miraron a los ojos, ella espero un beso, él no se percato
o no se atrevió a tanto, una mujer tan joven y radiante jamàs repararía en él.
Mientras guardando silenciosamente el dolor de saberse un viejo cobarde, se encomienda
al azar o a la bondad de los dioses para volver a verla.
Horus
Bueno, tal vez esa primera vez le sirvió para infundirse el valor de hablarle la próxima que se crucen sus caminos, y tal vez no falte mucho para que esto ocurra.
ResponderEliminarFelicidades por las musas. Un saludo,
Iva_63