OCASO
Anochece y la pesadumbre se apodera de mi.
Desde mi ventana la ciudad, me es ajena.
Mis deseos, se enfrentan con la realidad.
Mis ambiciones se pelean con las distancias.
Las cuatro paredes se me caen encima.
Y no se de ti, y no se de mi.
La frustracion se potencia
entonces el ocaso del dia, se condice
con el definitivo ocaso de mi alma.
Horacio
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