miércoles, 29 de abril de 2009

CONTEMPLACION


Desde el balcón contemplando
El profundo cielo,
Imaginando confines
Incapaz de mensurar
Límites volátiles.

Miradas provenientes
De lejanos balcones
Edificados en astros no descubiertos
Se cruzan con la mía.

Insignificante existencia
Ante la magnitud del todo,
Y la nada.

Armando futuros
Sin tiempo,
Con todo el tiempo.

HORUS
2009

lunes, 20 de abril de 2009

LA PRESA


Ensayó una pirueta esquivando las baldosas rotas. La luna se multiplicaba en cada adoquín húmedo.
Al final de la calle, una niebla que marcaba límites como un biombo.
Caminó en busca de su presa, pasatiempo nocturno, la divisó caminando raudamente en la vereda opuesta. Iba con paso audaz, tacones que marcaban la diferencia, pollera mínima y escote generoso. Su cabellera amarilla insinuaba un sol de medianoche.
Se cruzó, intentando sorprenderla la avanzó, ella no se amilanó, por el contrario si hasta insinuó una mueca de felicidad. La empujo dentro del zaguán de una vieja casa. Un aullido rompe el silencio.
Con su lengua limpió los labios, seguía saboreando, se alisó la ropa y como si nada sigue su camino, mientras la última gota de sangre cae desde su colmillo para perderse entre sus senos.

HORUS
2008

lunes, 13 de abril de 2009

LA VISITA



Abrió la puerta de la bóveda y se animó a salir. El resplandor de la luna rebotaba en el encaje, la cabellera rubia le llegaba hasta la cintura; guiada por sonidos que solo ella podía percibir se acercó a la vieja casona.
Cuando el reloj dio la duodécima campanada, empujó la puerta del dormitorio y se acomodó en el cuerpo despreciado y maltratado por el tiempo.

HORUS
2009

sábado, 4 de abril de 2009

EL VUELTO

El botones traspaso la puerta, apoyo las maletas en la habitación y le entregó la tarjeta de acceso. Ignacio le retribuyó generosamente la atención. Inmediatamente suspiró se sintió cómodo, como en su casa y sobre todo muy seguro.

El mal tiempo hizo que el viaje no haya sido lo suficientemente placentero. En otras circunstancias no hubiese dudado en postergar el viaje.
Tiró el saco sobre el sillón de la suite emperador del prestigioso hotel “Blue see”. A través del ventanal podía apreciar como nadie la península y como el mar incitado por feroces ráfagas golpea contra los muelles atiborrados de veleros que enloquecen como aquellos barquitos de papel que de chico tiraba junto al cordón de la vereda, después de la lluvia.

Se cercioró que en el frigobar hubiese suficiente bebida, llamó a la conserjería e indicó que a las 20 hs. le lleven abundante variedad de frutas y quesos y que bajo ningún motivo fuera molestado.
Encendió el plasma, en los canales internacionales daban cuenta de la crisis financiera, de la caída de las bolsas, la quiebra de bancos y las incipientes medidas de los gobiernos para evitar la hecatombe.
Recostado en la cama, abre su notebook y se conecta por Messenger con su hija. Le avisa que ya había llegado y estaba instalado y que por la noche la llamaría por teléfono.

Suena el teléfono de la habitación, desde conserjería avisan que están subiendo las frutas y quesos solicitados. Instantes después golpean la puerta y cuando abre.
- “¡Hola Nachito! ¡Que sorpresa encontrarte acá. Vinimos a cenar contigo”
Ignacio queda mudo, ni siquiera se alteró su respiración.
- “¿Cómo estas?” – y le da un beso en la mejilla- “¿No te acordás que hoy nos teníamos que encontrar. Perdóname que no te presenté a mis socios: Pino y Salvatore. Ven, vamos a sentarnos a la mesa”.
El que hablaba era Enzo, prolijamente vestido con pantalón, camisa, pañuelo al cuello y saco.

-“¿Te olvidaste que hoy arreglamos la devolución de lo mío? ¿o viniste a Punta del Este a buscar la plata y te estamos sacando tiempo?. Perdóname que sea tan descortés, ¿Cómo esta mi sobrina?
- “Bien”- murmuro Ignacio.
- “La voy a llamar” – agarra el teléfono, pone el altavoz y llama. “Hola Florencia, habla el tío Enzo”
- “Hola, ¿Cómo estas tío?”
-“¿Tu marido donde anda?”
- “Tuvo que viajar de urgencia a Chicago, lo mandó la empresa urgente para allá”.
- “¡Que pena! tenia que mandarle unas cosas, ¿te las puedo mandar más tarde? son unos contratos de unas empresas mías, para que Nachito me haga un análisis”
- “Si tío, mándalos, al regreso se los doy”
- “Unos chicos de la oficina te lo llevan en un ratito”
- “Dale, lo espero, un beso a la tía”
- “Otro para vos y los chicos. Si hoy hablas con él, decile que no se olvide de lo mío”, cortó y miro a Ignacio, que estaba inmutable.
- “¿Mi sobrina es cómplice o boluda? ¡Bah! no importa, ya lo voy
averiguar” – reflexiona en voz alta mientras come unas uvas
- “Nunca te conté que este hotel es mío, Esta a nombre de una sociedad
francesa, por una cuestión de impuestos viste.
Se sirve Campari y agrega
- “Bueno, me tenias que dar cuarenta millones de dólares, eso me prometiste hace cuarenta y cinco días. Vos sabes que la plata no es toda mía y el Néstor se pone nervioso. Sea como sea, hoy va a ser el último día que hablamos de este tema. Si no vas a poder cumplir con tu promesa, de alguna manera me vas a tener que pagar. ¿Tenés la plata?
- “Dame unos días por favor”
- “Lo mas fácil es hacerte boleta ahora, por estúpido y que nunca nadie
sepa de vos. Te registraste con otro nombre, no hay registro en la frontera porque viniste en lancha desde Carmelo” – come más uvas – “Pino, servite un vermouth. Entonces ¿no hay solución Ignacio?”
Pino y Salvatore se ubican de pie, copa en mano, a ambos lados del sillón que ocupa Ignacio.
Vuelve a tomar el teléfono y llama:
- “Andá al country, decís que vas de parte mía, cuando llegues llámame”
Seis hombres llegan a la casa de Ignacio en el country con Florencia y los dos hijos adolescentes dentro.
Suena el teléfono de Enzo, le avisan que ya están dentro.
- “Encendé la computadora, vamos a hacer una video conferencia”- le ordena Enzo a Ignacio
Se ve a través de la pantalla a Florencia, sus hijos Sabrina y Gerardo atados y amordazados.
- “¿Tenés mi dinero? - Insiste Enzo
- “Para mañana, te lo juro”, suplica Ignacio
- “Ya. Ahora y acá. Dije que este tema lo termino hoy, te di mas de un mes para que cumplas y no lo hiciste.
- “Por favor, Enzo”
- “Chicos que empiece el show”, y se sentó cómodamente a ver por la pantalla lo que acontecería en la casa del country.
Ante la mirada impotente de Ignacio, los visitantes comienzan a manosear a Florencia y su hija, le arrancan la ropa y comienzan un
feroz ataque sexual a los tres, los sodomizan, y son objeto de todo tipo de vejaciones, hasta quedar sin fuerza para llorar.
Ignacio estaba obligado a mirar. No tenía reacción sobre lo que estaba presenciando, y ni si quiera podía insultar, la culpa lo estaba matando.
-“Muchachos, ¿estaban buenas las chicas? y el pibe ¿estaba bueno? se comieron un pebete”, festejó Enzo
- “No era un pebete fresco, alguien lo había mordido antes”, vociferó uno riéndose a carcajadas.
- “¡Tenés un hijo puto!” – Sonrió – Parece que ni esto te hace devolver lo nuestro. Chicos tráiganme un souvenir de cada uno, y congelado!
- “Como ordene jefe”
Antes de abandonar la casa, saca una navaja y le corta un pezón a cada una de las mujeres y media oreja del hijo.
- “Gracias jefe, la pasamos muy bien”, mostrando la mano llena de sangre con los recuerdos.
- Pino, Salvatore, vamos este boludo no tiene la guita, ahora tampoco tiene familia, bah! al final no me quedó claro si mi sobrina es cómplice o boluda. igual es sobrina de mi esposa, no es mi sangre, sino hubiera sido un deshonor tener una sobrina boluda”
Cerró la puerta de la habitación, Ignacio quedo allí arrodillado, llorando lágrimas secas, maldiciendo su ambición desmedida. Dudando en seguir o partir.

HORUS
2009

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