martes, 24 de agosto de 2010

NOCHE EN EL BALCON



Noche de un verano muy caluroso en Buenos Aires, un imprevisto corte de luz dejó a Jorge con el sabor amargo, justo se disponía a disfrutar de el último dvd alquilado con el cual pretendía amedrentar el insomnio
Encendió una vela, caminó hacia el balcón mientras encendiendo el enésimo marlboro del día y acomodando los auriculares del reproductor de mp3 para escuchar algo de rock, cuando una voz lo sorprende.
- Aburrido?
- Sí - respondió mirando al balcón vecino.
- Ja, chicos de ciudad, no se la bancan sin luz – bromeó la sombra.
- Pero vos sos...
- Shhhh, cállate, nadie sabe que hablo, jamás te creerían que una oveja habla, pasaras por loco, estaré pocos día aquí, vine de paseo y aprovecharé para organizar una reunión de Ovinos Anarquistas-
- Eh!!! Ovejas anarquistas?
- Sí claro, estamos cansadas del maltrato, y en mi caso particular que vengo de la Patagonia, estoy harta de Benetton, por eso la idea de rebelarnos, tratando de convencer a los carneros para que nos acompañen en la causa.
- Qué piensan hacer?
- Como primera medida darnos un baño con alquitrán, de forma tal que la lana que nos quiten en la esquila no les sirva y después convocar a nuestras hermanas de Australia y Nueva Zelanda para que se unan a la cruzada contra Benetton. Con las del hemisferio norte todavía no nos pusimos de acuerdo.
De repente regresa la luz, giró la cabeza y ya no divisó la sombra en el balcón vecino. Se metió a la cama tratando de conciliar el sueño pero sin dejar de pensar en ese diálogo.
Por la mañana mientras desayunaba dudo si fue producto de su imaginación, o efectos de alguna sustancia mezclada con los Marlboro, o simplemente el stress que le provoca el verano siempre tan hostil con él, que lo estaba haciendo ver y escuchar cosas irreales.
Subió al ascensor, para salir al trabajo, cuando le dicen:
- Un momento por favor! - El vecino del departamento B apurando el paso
Jorge no podía creer lo que veía, subía al ascensor con una oveja.
- Por favor no comente nada, es la oveja de un primo que tuvo un inconveniente y no tenia donde dejarla. Hoy ya se la devuelvo
Confundido asintió con la cabeza, cuando cruzó la mirada con el ovino que cómplice la guiñó un ojo.

HORUS
Horacio Cabral

miércoles, 18 de agosto de 2010

DESPECHADO

Dio vuelta su cara, no quiso mirar mientras hundia la mano, inesperadamente
un relámpago surcando la noche, ilumino la escena.
A continuación un trueno enmascaró el grito ahogado. Sin volver la mirada
se marchó, caminando bajo la lluvia, guardo el puñal en el bolsillo.
El cuerpo de ella, sobre un charco de sangre y agua, sin tiempo para
cuestionarse porque le dijo que no.

Horus