miércoles, 21 de octubre de 2015

Autorretrato

Autorretrato 

Soy la bendición de un amor que siempre creí consecuencia de una muerte. 
Crecí jugando entre frías cruces y graníticas lápidas, áridos potreros y húmedos empedrados. Sólo. 
Cargue la mochila de único nieto varón para perpetuar un linaje barrial, más la culpa de una gestación complicada, como si yo hubiese pedido nacer.
Maldije hasta en lenguas muertas tener apellido de héroe cada vez que sonaba la marcha de San Lorenzo. Toleré con estoicismo el cumplimiento de los preceptos de Sarmiento y la misa dominical, por lo menos esto último me hizo hombre de fe.
Me atreví, me rebele y en un acto heroico, (in)consciente me hice 
expulsar del colegio en plena adolescencia.
Putee a los milicos, zafé de Malvinas y lloré cuando vote en el 83. Salté entre universidades y carreras contables que no dejaron nada.
Forme una familia con mi primer amor (que duró hasta mi segunda rebelión) que me dio los mejores frutos de la vida.
Pero ya era viejo... no hubo actitud de revolucionario romántico, apenas un hombre viviendo solo por primera vez en mas de cuatro décadas, aprendiendo a sobrevivir entusiasmado por una pasión no vivida con anterioridad.
Exorcizaba mis pensamientos hostiles, con pinturas berretas y letras 
sin rima ni musicalidad, que me hicieron recobrar la memoria.
Entre letras verborrágicas y sin pretensión, intento no ser hipnotizado por susurros del corazón que intenta ferozmente una tercera rebelión.



Horacio Cabral                 Twitter  @CabralHorus

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